Es el tipo de intervención más frecuente en nuestra consulta de Psiquiatría Infanto-juvenil aunque con marcadas diferencias con respecto al tratamiento de personas adultas. En los niños y adolescentes, es fundamental tener en cuenta cada uno de sus entornos relacionales. En el tratamiento de menores, es habitual que los padres asistan a parte de la sesión y que sean informados de la evolución de su hijo/a.
Aunque se pueden utilizar diferentes abordajes psicoterapéuticos, es habitual el enfoque cognitivo conductual y el entrenamiento en manejo de emociones, tratando de ayudar al niño a gestionar sus reacciones emocionales a través del aprendizaje de pautas de comportamiento y a mejorar su relación con familia y compañeros. En algunos casos, puede ser necesario instruir a los padres en el manejo de pautas educacionales, así como en la expresión de la afectividad dentro de la dinámica familiar.
También es usual el entrenamiento en técnicas de relajación y control de impulsos, a través de métodos de visualización creativa u otro tipo de enfoques de actualidad. El centro educativo suele ser importante en el abordaje global, siendo fuente de información para conocer las posibles dificultades del niño/a en ese ambiente y a la vez, sujeto activo en la puesta en funcionamiento de las pautas conductuales y educativas que exija el plan terapéutico.
Por esa razón, es habitual que mantengamos de forma directa, o indirecta a través de los padres, un contacto con las personas de referencia del colegio, instituto o centro de educación especial. En las sesiones individuales también se realizan los ajustes farmacológicos que se consideren necesarios, siempre de acuerdo con los padres o tutores. La realización de pruebas psicométricas las abordamos de manera independiente en sesiones concretas existiendo la posibilidad de realizar un informe completo y específico en función de las necesidades del caso...