La persona que sufre dolor crónico tiene que enfrentarse a otras muchas dificultades aparte del propio dolor. La incapacidad que éste le supone, la enorme frustración de no poder cumplir con las expectativas vitales que tenía planeadas antes de sufrirlo, el sentimiento de no ser comprendida al tratarse de un síntoma poco visible y dificilmente mensurable a través de pruebas diagnósticas, la continua pelea a nivel social, legal y administrativo para intentar que le sea reconocido su problema, el deterioro de las relaciones con familiares y amigos debido a la tendencia al aislamiento del paciente y sus cambios de ánimo...
Estos y otros muchos aspectos suponen una enorme carga de sufrimiento psicoemocional para el paciente, entrando en una espiral de angustia que puede retroalimentar a su vez el propio dolor por su condición de síntoma multidimensional.
Por todas estas razones, el abordaje psicoterapéutico de este problema y de los pacientes que lo sufren es enormemente complejo. Es importante tener en cuenta que muchas de estas personas llevan años visitando de forma continua y frecuente a numerosos especialistas de diferentes disciplinas (incluyendo psicólogos y psiquiatras) y es frecuente que se muestren desmotivados y escépticos ante cualquier tipo de nueva terapia que se les proponga.
Como profesionales especialistas en el tratamiento psicoterapéutico del paciente con dolor crónico, somos plenamente conscientes de todos estos aspectos dificultosos pero también contamos con la confianza que otorga haber visto mejorar a muchas personas que sufrían y sufren diariamente esta dolencia.
Contamos con exclusivos programas de tratamiento individual y grupal que han demostrado resultados altamente satisfactorios en pacientes de la Clínica del Dolor de Zaragoza.
Con los más novedosos enfoques terapéuticos y en base a las especificidades clínicas y caracteriales de este grupo de pacientes, ofrecemos nuestra formación y experiencia con el objetivo primordial de ayudar a estas personas a mejorar su día a día, a sentirse mejor en su vida, a mitigar su sufrimiento.
Todo sobre la base de respeto y admiración que merece atender a unas personas que tienen que reconstruirse a sí mismas y adaptarse a un cambio vital que no esperaban ni deseaban.
Afrontar la enfermedad médica supone un enorme esfuerzo mental para cualquier persona. Mantener un adecuado estado anímico que permita manejar el sufrimiento y la preocupación, es fundamental para encarar todas las dificultades que pueden derivarse de padecer una enfermedad crónica o un proceso degenerativo grave. En estas situaciones tan delicadas, la vida familiar y social también se ve afectada de forma importante y todo el entorno del paciente sufre de forma conjunta.
En los casos más graves, la enfermedad nos obliga a enfrentarnos a nuestros miedos más profundos y a los dilemas existenciales más crudos, poniendo en tela de juicio nuestros valores personales y sentido de vida.
Desde un enfoque humanístico y transpersonal, ofrecemos terapias individuales y grupales para pacientes y familiares, que puedan ayudarles a gestionar unos momentos tan duros en la vida de cualquier ser humano.