El acoso escolar o bullying es uno de los problemas más importantes que afectan a niños/as y adolescentes. Puede ser motivo de depresiones, desapego a las actividades placenteras, desapego con los padres, problemas de adaptación, irritación, dejación de estudios... e incluso (en situaciones extremas) comisión de suicidio.
Es de gran importancia que se lleve a cabo un seguimiento cualificado de este tipo de situaciones.
Existen gran cantidad de factores que pueden intervenir en esta desgraciada situación, algunos de ellos relacionados con terceras personas, en este caso con los autores de las agresiones continuadas, sean físicas o verbales. Pero también pueden contribuir otros aspectos como la ausencia de un grupo de apoyo, el grado de comunicación con los padres o profesores, las habilidades de socialización y resolución de problemas del propio niño, etc.
La ocultación del problema o la asunción de una falsa culpa empeora el estado anímico de la víctima, exacerbando los síntomas y pudiendo influir negativamente en su estado psicoemocional. Para el niño o adolescente que recibe bullying, la comunicación con la familia no siempre es fácil, ni siquiera con el profesorado.
Muchas veces por evitar preocupar a los padres, y en otros casos por miedo a represalias por parte de los agresores, evitan contar lo que está sucediendo. Las víctimas de bullying se sienten en muchos casos solas, desamparadas y con la ansiedad diaria de soportar comportamientos injustos e irracionales.
Se trata de un problema que requiere en gran parte de los casos, del seguimiento por parte de un profesional. Un especialista en psiquiatría o psicología dará las pautas a seguir para que la víctima del acoso escolar, pueda enfrentarlo con las mejores garantías, y ayudará a la familia a gestionar la situación.
El papel del profesorado es fundamental a la hora de detectar este tipo de situaciones y el equipo de psicopedagogía del centro educativo debe intervenir lo antes posible para evitar que la situación se complique.
En gran parte de los casos, los padres no saben cómo tratar el bullying, debido a la preocupación que les genera ver sufrir a sus hijos, la falta de información y el gran número de variables que intervienen en cada conflicto en particular.
Es importante analizar la situación con detalle y dejarse aconsejar por profesionales, antes de tomar decisiones que puedan empeorar la situación o resultar contraproducentes.
En una consulta profesional, encontrarán vías para solventar una de las situaciones más comprometedoras en la psiquiatría infanto-juvenil. Normalmente se hará necesaria la presencia del padre, madre o ambos durante algunas de las sesiones y el tratamiento debe ser individualizado y absolutamente personalizado.
Es importante favorecer que tanto el niño o adolescente como su familia pueda confiar en su psiquiatra, encontrando un espacio de ventilación emocional y una referencia que les pueda ayudar a resolver las complicadas situaciones que pueden surgir y las consecuencias psicológicas y sociales de las mismas.